Los estudiantes del primer curso de Grado Medio de Jardinería y Floristería han dejado su marca verde en el corazón de EFA. Como parte de su reto llamado «Urban Greening», reto final del curso, han transformado una zona degradada de la escuela en un oasis de biodiversidad y sostenibilidad. Tal y como señala María Gómez, profesora al frente de la actividad, “en este reto se trabajan las metodologías activas propias de la EFA, muchas de ellas aprendidas y aplicadas gracias a nuestra participación en el proyecto EPLUG”.

Este reto consistía en desarrollar habilidades y competencias para reverdecer las ciudades, trabajando temas de cubiertas vegetales, paredes vegetales, drenajes en pavimentos o gestión del arbolado, entre otros. 

En el caso de la actuación llevada a cabo en la EFA, los estudiantes han tenido que realizar el drenaje del terreno y crear todo un sistema de drenaje con tubería dren, han colocado un hormigón impreso que no estanca el agua gracias a los tubos, y se ha diseñado el espacio para hacerlo accesible y verde. 

Para esto último, los alumnos han optado por trabajar con especies mediterráneas de conservación mínima y la instalación de tepe de Zoysia. Como señala la profesora: “este tepe es muy resistente a la sequía y la salinidad y además se ha instalado un sistema de riego con rotador, que permite una mayor eficiencia y control del consumo de agua”. 

Gracias a todas estas actuaciones, los alumnos adquieren conocimientos sobre la conservación de espacios urbanos en su propia escuela, como si se tratara de un parque en miniatura. Algo que destaca su profesora de este trabajo es que los alumnos “podrán comprobar la evolución de las diferentes especies por sí mismos cada día”. 

En la siguiente fase del reto, los alumnos realizarán una resiembra con pradera de flor enana, también conocida como prado japonés. La ventaja es que se puede segar y dejar como un césped, o dejarla crecer hasta alcanzar entre 20 y 30 centímetros y que florezca en primavera. 

Por último, está previsto que finalicen la cobertura de las albercas con piedra de sillería manual, un toque ornamental que realzará la belleza del espacio. Para María Gómez, este detalle ornamental “no sólo embellece el entorno escolar, sino que también enseña a los estudiantes la importancia de la responsabilidad ambiental y la planificación urbana sostenible”.